Alejandro Alcazar , hace mas de 20 años escribia en el diario As, que yo compraba diariamente, ( no por ser del Madrid, que no lo soy) , ya que era el único periodico que informaba casi a diaro del futbol sala en los años 90.
04/04/2010
Verde esperanza
Por: Alejandro Alcázar
No me gustó, por ejemplo, la calidad de pase. Un concepto básico para hacer correr al contrario o hacerle entender que la presión les puede matar. Tampoco me gustó la retención de balón excesiva de algunos jugadores. Ya sé qué es difícil jugar de memoria, máxime en un equipo donde descubres nuevos compañeros, pero faltó agilidad mental para dar salida al balón en los movimientos del equipo. Tampoco me gustó la finalización del juego. Es cierto que España ganó los tres partidos, pero con más problemas de los esperados a tenor del nombre de los rivales.
Estos defectos me gustaría achacarlos a la ansiedad de algunos protagonistas y sus ganas de agradar. El fútbol sala es de esos deportes que cuanto más fácil lo haces, mejor resultado obtienes si tácticamente juegas con inteligencia. Creo que esa ansiedad llevó a elecciones erróneas tanto en el pase como en la finalización.
A pesar de todo, Venancio ha vestido de verde esperanza el relevo generacional de nuestra selección. Algunos jugadores necesitan un par de hervores para asumir la responsabilidad de lo que es defender la camiseta de España. Deben asumir que por encima de todo prevalece el bloque, el juego de equipo, el ser como esos ballets de natación sincronizada que tanto nos maravilla con movimientos armónicos y al unísono.
Quizá a alguno de los elegidos por Venancio les falte calidad, pero ese no debe ser un hándicap. He visto jugadores defendiendo la camiseta de España justitos técnicamente pero enormemente rentables. Y todo porque su mentalidad estaba al servicio del equipo; al saber elegir el momento del pase o el desmarque; de la cobertura o el cambio, de arriesgar o no; de no ahorrarse nunca un esfuerzo. Son lecturas del juego que se aprenden con el tiempo, en sus equipos, en los partidos, en los entrenamientos, en el intento de ser mejor en el día a día aparcando la soberbia, el engreimiento o el creerse mejor de lo que uno es al compararse con el rival.
Pienso que Venancio habrá sacado una lectura muy positiva de esta prueba, porque con un equipo muy verde sacó adelante un torneo difícil. Unos partidos muy complicados más por la oposición táctica impuesta desde los banquillos por los entrenadores de Japón, Miguel Rodrigo, y Rumania, Sito Rivera, que conocen los secretos de nuestro fútbol sala porque ellos son parte de esos secretos, que por la batalla que podía haber ofrecido una Italia que, como España, trabaja en un cambio generacional
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