El trato que nos dispensaron en Libya fue fenomenal ( empezando por Pablo Prieto y acabando por el utillero que estuvo a nuestra disposición),en todo momento nos solucionaron cualquier problema que tuvimos y ademas de la cordialidad mostrada ,pudimos degustar el té libio mucho mejor que el que hasta ahora habia probado , asi como las "pipas de agua" ,con sabor a menta y manzana.
Otra curiosidad fue la de que al finalizar los partidos sortean todo tipo de electrodomesticos entre los asistentes al mismo, lo que hace que aun transcurrida media hora desde su finalización, siga lleno el pabellon
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