Fútbol sala y fútbol de salón
El equipo francés le fichó tras cautivarles en un encuentro de fútbol sala
Raphael Varane ha vivido una carrera tan veloz que apenas le ha dado tiempo a asumir todo. El año pasado su ascensión también fue vertiginosa y nadie duda de que no tardará mucho en volver a llamar a la puerta de la titularidad. La temporada pasada, en apenas dos partidos, contra el Barça y el United, el galo pasó de ser una promesa al central más cotizado de Europa.
Desde muy joven, Varane ha sabido rendir en los partidos señalados. Con sólo 8 años, se salió en un partido de fútbol sala que le valió su pase al Lens. Lo recuerda uno de los responsables de La Gaillette, el centro de formación del club galo, en France Football.
“Decidimos participar en un torneo de fútbol sala en las afueras de Lille. Rafa jugaba con el club de su barrio de Hellemmes. Nos llamó la atención durante el partido. Normalmente, no solíamos darle demasiada importancia, porque es muy habitual ver a chavales que destacan en este deporte pero luego no dan lo mismo sobre la hierba. Pero, de verdad, en ese chico había algo distinto. Pusimos la oreja durante el partido para escuchar su nombre. Después dimos todos los datos a la gente que se encargaba de reclutar a los chavales. Se pusieron manos a la obra y le hicimos venir al Lens”, recuerda Thierry Delvalée.
Su carrera en el equipo francés fue también meteórica. Estiró tan rápido que sufrió la lesión del crecimiento en una rodilla, pero ya por entonces demostró una fuerza mental fuera de lo común. “Tenía que quedarse en la escuela mientras el resto de los chavales se iban a jugar al fútbol. Así muchos meses, pero él no desesperó nunca”, recuerdan en La Gaillette. Varane casi siempre jugaba con chavales mayores que él. Le llamaban Le Petit Blanc porque recordaba al que fuera central de Francia y del Barcelona.
Varane firmó su primer contrato profesional con 17 años después de debutar con el primer equipo. Sólo un año después, Zidane le llamó para llevárselo a Madrid.
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