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Kike se vestirá con la camiseta de la selección española por última vez este lunes ante Grecia, en un merecido homenaje a una trayectoria sin igual forjada a base de victorias en el combinado nacional y en los clubes en los que ha jugado, sobre todo en el equipo de sus amores, ElPozo Murcia. Mucho ha llovido desde aquel jugador que creció en las pistas de Valencia, desde ese debut como internacional en 1998. Y ha llovido, para bien de Kike Boned y del Fútbol Sala español, mucho bueno.
Kike Boned (Valencia, 1978) es uno de esos jugadores que sobrepasan lo deportivo. No es únicamente un jugador estratosférico, un nombre que a buen seguro perdurará en el tiempo pasen los años que pasen, es un símbolo del Fútbol Sala, un icono de liderazgo, trabajo y éxito ligado a los valores de este deporte.
Y no lo es por lo que ha conseguido, sino por su intrínseca pasión por el 40x20. Como el mismo Kike dice “yo soy un jugador de Fútbol Sala desde siempre y eso que antes no teníamos las facilidades de ahora para formar parte de un equipo de base, nos nutríamos de las competiciones en el colegio, de los partidos de barrio el sábado por la mañana. Deseábamos toda la semana que no lloviera para poder jugar, ya que no había tantos pabellones como ahora”.
Este lunes alcanzará las 180 internacionales ante Grecia en el Palacio de los Deportes, rodeado de la afición que tanto le adora, y tanto adora el mismo Kike. Un último adiós entre los cracks de la ‘nueva guardia’ de La Roja, una despedida de un jugador que ha pasado por varias generaciones de la misma forma: a base de trabajo, ganado absolutamente todo de forma incansable.
Su idilio con la selección comenzó un 24 de enero de 1998 ante la selección universitaria de Portugal: “Tengo la enorme fortuna de haber vivido los años de eclosión del Fútbol Sala y de vivir en primera persona lo que significó aquella llamada ‘Generación de Oro’ en Guatemala. 15 años dan para mucho y he podido compartir minutos y vivencias con grandísimos jugadores como los Julio, Jesús, Javi Sánchez, que formaron parte de la convocatoria en el Mundial del 2000; también jugadores anteriores como Vicentín, Lorente, Pato; con la generación del 2004, así hasta el 2012. Soy un superviviente que cree en los nuevos jugadores que van llegando a la selección, en su nivel de juego y en que el Fútbol Sala español seguirá contando con los mejores”.
Tres equipos, un palmarés envidiable
Dos Mundiales, cinco Eurocopas, cuatro Ligas, tres Copas, tres Supercopas… un palmarés que no es solo estratosférico, sino que se antoja extremadamente complicado de igualar. Y lo ha forjado gracias a su crecimiento en tres equipos: Valencia Vijusa, CLM Talavera y ElPozo Murcia. Dio el salto desde las categorías inferiores del conjunto ché a la máxima categoría, donde sorprendió a todos.
El cierre, goleador y perfecto en defensa hasta el extremo fue premiado con el ‘Jugador Revelación en la 97/98. Un año después vestiría la camiseta del CLM Talavera: “Jugué dos años en ese equipo, donde pasé años algo complicados porque el equipo empezó a tener problemas no deportivos, también porque me fui muy joven, pero aprendí muchísimo. En la 00/01 regresé a Valencia –ese año es nombrado ‘Mejor Cierre de la temporada’- donde tuve la oportunidad de jugar una final de Liga y allí se me abrieron las puertas de ElPozo. Al año siguiente, ya estaba en Murcia”.
Para aquel entonces, Kike ya era uno de los mejores jugadores de la LNFS, y había ganado con la selección en Torneo IV Naciones y el Mundial de Guatemala a las órdenes de Javier Lozano, actual presidente de la LNFS, pero es con la camiseta grana de ElPozo donde su trayectoria comienza a ser una leyenda.
El rey de Murcia, de España… y del Mundo
Kike acababa de llegar al Palacio de los Deportes pero se ganó a su afición – y por su personalidad a la de los demás equipos- en tiempo récord. Los aplausos fueron la banda sonora de una temporada mágica, que continuó con la victoria en el Torneo FIFA Singapur, con la Eurocopa y con su primer MVP de tres, es el único junto a Lenisio que ha ganado tantas veces el galardón.
“A ElPozo llegué con cierto recorrido pero fue allí donde he crecido como jugador. Más allá de la relación con Talavera y Valencia, la conjunción Kike-ElPozo, ElPozo-Kike es indisoluble. Siempre estaré ligado a ElPozo de una u otra manera, ya que mi carrera no tiene sentido si no está unida a este club”, declara el gran capitán del equipo.
Y con esa camiseta llegaron los éxitos más inmensos de Kike. Por ejemplo el Mundial de 2004, al que llegó como uno de los líderes del equipo y con un papel mucho más destacado que cuatro años antes –jugó un promedio de 8:03 minutos- las Eurocopas de 2005, 2007, 2010 y 2012; las cinco Ligas, tres Copas y cuatro Supercopas, los dos MVP restantes para conseguir un récord aún hoy vigente y los seis trofeos –suma un total de siete- como Mejor Cierre, y dos subcampeonatos del Mundo (2008 y 2012), perdidos ante Brasil en la final, último encuentro oficial del capitán.
Cada paso de Kike Boned ha tenido un efecto triple y beneficioso para su equipo para la selección y para el Fútbol Sala español. Este amante de la paella y de ‘Los Pilares de la Tierra’ tendrá este lunes en su ‘ciudad adoptiva’ un merecido adiós a la selección por tanto y tanto bueno.
“No soy nostálgico pero en ese momento será imposible no pensar en todo lo que me ha pasado, en todos mis compañeros. Estoy muy agradecido así que disfrutaré del momento y espero que los aficionados también lo hagan conmigo”. Kike escuchará aplausos, que serán los aplausos de todo un deporte, con las dos estrellas en su pecho. Será el punto y final a un camino de 14 años… que sigue semana tras semana en la máxima categoría de la LNFS.
Y no lo es por lo que ha conseguido, sino por su intrínseca pasión por el 40x20. Como el mismo Kike dice “yo soy un jugador de Fútbol Sala desde siempre y eso que antes no teníamos las facilidades de ahora para formar parte de un equipo de base, nos nutríamos de las competiciones en el colegio, de los partidos de barrio el sábado por la mañana. Deseábamos toda la semana que no lloviera para poder jugar, ya que no había tantos pabellones como ahora”.
Este lunes alcanzará las 180 internacionales ante Grecia en el Palacio de los Deportes, rodeado de la afición que tanto le adora, y tanto adora el mismo Kike. Un último adiós entre los cracks de la ‘nueva guardia’ de La Roja, una despedida de un jugador que ha pasado por varias generaciones de la misma forma: a base de trabajo, ganado absolutamente todo de forma incansable.Su idilio con la selección comenzó un 24 de enero de 1998 ante la selección universitaria de Portugal: “Tengo la enorme fortuna de haber vivido los años de eclosión del Fútbol Sala y de vivir en primera persona lo que significó aquella llamada ‘Generación de Oro’ en Guatemala. 15 años dan para mucho y he podido compartir minutos y vivencias con grandísimos jugadores como los Julio, Jesús, Javi Sánchez, que formaron parte de la convocatoria en el Mundial del 2000; también jugadores anteriores como Vicentín, Lorente, Pato; con la generación del 2004, así hasta el 2012. Soy un superviviente que cree en los nuevos jugadores que van llegando a la selección, en su nivel de juego y en que el Fútbol Sala español seguirá contando con los mejores”.
Tres equipos, un palmarés envidiable
Dos Mundiales, cinco Eurocopas, cuatro Ligas, tres Copas, tres Supercopas… un palmarés que no es solo estratosférico, sino que se antoja extremadamente complicado de igualar. Y lo ha forjado gracias a su crecimiento en tres equipos: Valencia Vijusa, CLM Talavera y ElPozo Murcia. Dio el salto desde las categorías inferiores del conjunto ché a la máxima categoría, donde sorprendió a todos.
El cierre, goleador y perfecto en defensa hasta el extremo fue premiado con el ‘Jugador Revelación en la 97/98. Un año después vestiría la camiseta del CLM Talavera: “Jugué dos años en ese equipo, donde pasé años algo complicados porque el equipo empezó a tener problemas no deportivos, también porque me fui muy joven, pero aprendí muchísimo. En la 00/01 regresé a Valencia –ese año es nombrado ‘Mejor Cierre de la temporada’- donde tuve la oportunidad de jugar una final de Liga y allí se me abrieron las puertas de ElPozo. Al año siguiente, ya estaba en Murcia”.
Para aquel entonces, Kike ya era uno de los mejores jugadores de la LNFS, y había ganado con la selección en Torneo IV Naciones y el Mundial de Guatemala a las órdenes de Javier Lozano, actual presidente de la LNFS, pero es con la camiseta grana de ElPozo donde su trayectoria comienza a ser una leyenda.
El rey de Murcia, de España… y del Mundo
Kike acababa de llegar al Palacio de los Deportes pero se ganó a su afición – y por su personalidad a la de los demás equipos- en tiempo récord. Los aplausos fueron la banda sonora de una temporada mágica, que continuó con la victoria en el Torneo FIFA Singapur, con la Eurocopa y con su primer MVP de tres, es el único junto a Lenisio que ha ganado tantas veces el galardón.
“A ElPozo llegué con cierto recorrido pero fue allí donde he crecido como jugador. Más allá de la relación con Talavera y Valencia, la conjunción Kike-ElPozo, ElPozo-Kike es indisoluble. Siempre estaré ligado a ElPozo de una u otra manera, ya que mi carrera no tiene sentido si no está unida a este club”, declara el gran capitán del equipo.
Y con esa camiseta llegaron los éxitos más inmensos de Kike. Por ejemplo el Mundial de 2004, al que llegó como uno de los líderes del equipo y con un papel mucho más destacado que cuatro años antes –jugó un promedio de 8:03 minutos- las Eurocopas de 2005, 2007, 2010 y 2012; las cinco Ligas, tres Copas y cuatro Supercopas, los dos MVP restantes para conseguir un récord aún hoy vigente y los seis trofeos –suma un total de siete- como Mejor Cierre, y dos subcampeonatos del Mundo (2008 y 2012), perdidos ante Brasil en la final, último encuentro oficial del capitán.
Cada paso de Kike Boned ha tenido un efecto triple y beneficioso para su equipo para la selección y para el Fútbol Sala español. Este amante de la paella y de ‘Los Pilares de la Tierra’ tendrá este lunes en su ‘ciudad adoptiva’ un merecido adiós a la selección por tanto y tanto bueno.
“No soy nostálgico pero en ese momento será imposible no pensar en todo lo que me ha pasado, en todos mis compañeros. Estoy muy agradecido así que disfrutaré del momento y espero que los aficionados también lo hagan conmigo”. Kike escuchará aplausos, que serán los aplausos de todo un deporte, con las dos estrellas en su pecho. Será el punto y final a un camino de 14 años… que sigue semana tras semana en la máxima categoría de la LNFS.
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